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Valor ornamental de la flora nativa


Cuando planeamos diseñar un jardín, sobre todo si se trata de nuestro jardín, generalmente imaginamos un mundo lleno de color, con mucho verde y florido ojalá todo el año.


Verde es el color de los bosques del sur de Chile, un verde oscuro que se torna rojizo en otoño y jaspeado con café en invierno gracias a los Nothofagus de hoja caduca, como los robles, raulíes y ñirres, entre otros.


El verde también es el color del paisaje inglés y de las canchas deportivas, donde hay humedad permanente gracias al clima o al riego.


El jardín mediterráneo, en cambio, es esencialmente amarillo en verano
y otoño, con un período breve de verde y coloridos varios a fines del invierno e inicios de la primavera, pero más de la mitad del año predominan los amarillos, ocres, y colores tierra en toda su gama.


La morfología del paisaje mediterráneo también es particular. Los árboles no tienen la altura de los que conocemos en el sur de Chile, un coigüe puede alcanzar 40 m y un roble hasta 50 m de altura, mientras el más alto del bosque mediterráneo de Chile Central será probablemente el quillay, que puede tener unos 15 m, encontrándose poblaciones de hasta 20 m.
En Norteamérica, una Sequoia gigante llega a tener más de 100 m. Esta es una de las razones por las que un pino insigne o un eucaliptus, especies exóticas, lucen tan fuera de lugar en el paisaje mediterráneo chileno: su altura desproporcionada los posiciona fuera del bosque, fuera de toda armonía posible.

En la Zona Central de Chile, el paisaje de clima mediterráneo muestra verdes oscuros, frondosos, como la hoja del palto, en quebradas que son más húmedas, en las laderas de umbría, cuando la  densidad poblacional lo permite. El suelo se mantiene ocre o amarillo casi todo el año, exceptuando breves períodos al final del invierno. En cambio, en laderas de solana, los colores ocre se tiñen de amarillo con la floración del espinal en septiembre y el resto del año toma variados tonos tierra. Sin embargo,
si tenemos la oportunidad de observar cuidadosamente los bosques de umbría, podremos encontrar una insospechada cantidad de tonos de verde, que permiten a un niño aprender a valorar este preciado patrimonio natural.


Entonces, hacer paisaje con especies nativas de la zona central implica considerar la humedad natural del terreno, de acuerdo a su emplazamiento, y trabajar con la altura, los colores, las luces y las sombras que estos árboles y arbustos pueden ofrecernos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Además son especies adaptadas que han evolucionado sobreviviendo
por siglos en este clima, sin riego, y sin fertilizantes ni pesticidas; que
han aprendido a convivir con los insectos y son nido y hogar para aves
y animales que habitan alrededor. Y como si esto fuera poco, las características de esta vegetación, tan propia de nuestro clima, probablemente convoca nuestra historia y nuestra memoria personal y colectiva: muchos de quienes hoy somos adultos podemos recordar tardes enteras elevando volantines en un espinal o haciendo picnic bajo un quillay.

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Soldadillo. Tropaeolum tricolor.

El jardín mediterráneo en Chile es esencialmente amarillo en verano 
y otoño, con un período breve de verde y coloridos varios a fin del invierno e inicio de primavera, pero más de la mitad del año es amarillo, ocre, colores tierra en toda su gama.

Planear un jardín en nuestro clima mediterráneo implica incorporar el tono amarillento de nuestros cerros en verano y su variedad de verdes en invierno, valorar la frondosidad del quillay y del peumo y el perfume a miel del espino, y buscar las escasas pero preciosas flores, casi todas geófitas, que iluminan el invierno y la primavera.

Ornamental value of Mediterranean native flora

 

The Chilean mediterranean vegetation landscape, in contrast to the greener southern Nothofagus forests, is essentially yellow in summer and autumn, with a brief period of green and varied colors at the end of winter and the beginning of spring.  Most of the year our landscape is yellow, ochre, with earth colors, throughout its range. Also, Mediterranean trees species are not as tall as those in southern Chile. Quillaja saponaria, a dominant tree species in the Mediterranean landscape, is likely the tallest tree at around 15 m tall, some up to 20 m. That's why exotic species like pine or eucalyptus trees look completely out of place in this landscape.

 

This Mediterranean landscape, ochre on the sunny side slopes, becomes yellow with the bloom of the Acacia caven in September, while greener forest islands located on the shady side slopes show unexpected different green tones.  Gardening with these native species implies considering soil´s natural moisture content, according to the garden´s location, and working with the height, colours, lights and shadows that these species of trees and shrubs can offer us.

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